Ya en Buenos Aires David Cooper, volvió a plantear la externación de pacientes de los hospitales psiquiátricos, y las asambleas de pacientes y profesionales. La llegada de la dictadura militar en 1976, fue acabando con todos esos proyectos y Cooper volvió a Inglaterra y luego a Francia. Los tiempos iban cambiando. Aquellos movimientos de los 60 se iban apagando. Solo la Ley Basaglia en Italia, pudo sostenerse, cerrando todos los hospitales manicomiales.
2.
Igualmente la semilla había quedado. Llegada las democracias, nuevamente en LatinoAmérica, pusieron otra vez en marcha, todos aquellos movimientos antimanicomiales, la formación en las universidades, con nuevas generaciones y luego de muchos años (ya en el siglo XXI), Argentina tuvo su Ley de Salud Mental.
Aparecían nuevos abordajes para intervenir desde una Salud Mental en la comunidad. No solo iba a ser utilizado el psicoanálisis para determinado sector social (en una de las ciudades con más analistas y analizada del continente). Aún falta mejorar partes de la Ley de Salud Mental, pero tuvo muchos logros. Entre lo que habrá que mejorar, para lo preventivo, lo asistencial y la investigación,esta todo lo que hay que trabajar en nuestras comunidades. Los aumentos de depresión (1) , de adicciones y de suicidios, tiene que ver con la salud mental pero en relación con lo que está sucediendo en el país.
El aumento de desocupados en la década del 90, trajo el aumento de depresión y luego de suicidios. Esto al principio sucedía con sectores activos (en edad) que quedaban sin sus trabajos. Hoy algo de esto comienza a repetirse en el ciclo de la economía, lo social y la salud. Esta vez las cifras, los datos epidemiológicos de salud mental están: el aumento de la violencia, en la adicciones (en un sector de jóvenes adolescentes), en tasas de intentos de suicidios, y la correlación- en lo cultural- de sus modo de vida.
3.
¿Cómo se va atrabajar en salud mental en los próximos cinco años?, ¿se puede planificar sobre nuestra población en nivel de atención y prevención en salud mental?. Sí, si se comienza a trabajar 'intersectorialmente'. Ya no solo desde la atención, sino desde diversos dispositivos: la familia, las escuelas (la formación de los docentes), los sectores laborales, los medios de comunicación, la justicia (fiscalias), Comisarías de la Mujer
La Universidad es un sitio que también es clave. No solo en la formación de estudiantes de Enfermería, de Médicina, Trabajadores Sociales, para constituir equipos interdisciplinarios; sino también para generar capacitación, seminarios y dar la contención grupal (con técnicas de grupo) que se pueda, para esos mismos estudiantes y para las poblaciones donde ellos viven a través de sus instituciones.
Carlos Liendro
Nota: 'La depresión como problema social', artículo de Carlos Liendro Lic.en Psicología- UBA . Lic en Trabajo Social- UNLZ. Especialista en Metodología de la Investigación. UNLa. Doctorando en Epistemología e Historia de la Ciencia. UNTreF